jueves, 8 de marzo de 2012


Pero entonces, llegó Uther, el maestro de Arthas, y le dijo a Arthas que parara la carnicería antes de que empezará. Arthas, que ya estaba decidido y harto de que todo el mundo le diera consejos, y con ansia de venganza, decidió arrebatarle todos los derechos como paladín a Uther, y le quito cualquier rango o soldado que le quedaba. Entonces fue cuando Jaina, que sabía que Arthas no se echaría atrás, decidió abandonar, con Uther y sus seguidores, dejando a Arthas con únicamente sus más leales guerreros.
Cuando la ciudad ya estaba en llamas y completamente destruida, Arthas se encontró frente a frente con Mal’Ganis, el Nathrezim. Este último, le dijo a Arthas que sabía que quería venganza, pero que en Lordaeron no la encontraría. Qué tendría que viajar a Northrend, a la tierra de los muertos vivientes, si en realidad quería matarle. Y desapareció.
Arthas ya había tomado una decisión, y con la escusa de que quería lo mejor para su pueblo, marchó con una tropa aún más diezmada a Northrend.

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